lunes, 8 de marzo de 2010
Primers
 Hoy os hablaremos del Restaurante Embat, un pequeño local con encanto situado en el corazón del Eixample de Barcelona (c/Mallorca 304, entre Girona y Bruc). Y aunque quizás a muchos os pasaría desapercibido, ya que su entrada no llama mucho la atención, si miráis más allá, veréis un local retro con toques modernos que ya te invitan a entrar.
El servicio es digno de mencionar, ya que sin sentirnos agobiados estuvimos bien atendidos, tanto en el trato prestado como en la agilidad en servirnos, no siendo una excepción, ya que las otras mesas también gozaron de un servicio excelente.
En el restaurante disponen de una pequeña carta de noche, y de dos menús degustación, uno de 30€ de tres platos y otro de 40€ de cuatro, dónde te sirven lo más representativo de sus creaciones. En nuestro caso nos decidimos por el de 4 platos.
Antes de comenzar con las delicatesen que nos deparaba el local, nos ofrecieron como aperitivo una coca de queso con comino y una cuajada de coliflor con jengibre, limón y caviar. Ésta última con una estructura de los ingredientes muy acertada, tanto por el color como por el sabor.
Manteniendo el nivel de entrada, apareció el primer plato, una vieira con una base de crema de patata y un toque de limón, acompañada de una micro brunoisse de ajo, manzana y anguila ahumada. La vieira se deshacía en la boca y la mezcla de los demás ingredientes contrastaba perfectamente y encajaba sin destacar sobre el ingrediente estrella.
A continuación, y sin prácticamente ninguna demora, llegó el segundo plato del menú, que consistía en un canelón de foie de pato trufado, con un tejado de rúcula y una base de crema de setas y reducción de vino dulce. La combinación, en línea con todos los platos anteriores, es también muy acertada en la mezcla de colores y sabores, ya que se convierte en un plato sencillo y elegante a la vez.
El tercer plato, tampoco se hizo esperar, y se presentó con una base de puré de chirivía, una estructura en pisos de panceta de cerdo, morro de bacalao y techo de espinacas, aliñado con crudités de pepino y calabacín. Una delicia más para los ojos y el paladar, ya que la panceta, sin ser grasienta, se deshacía en la boca combinando perfectamente con la pieza sencilla de bacalao, y el punto de contraste del pepino en la mezcla.
Para cerrar la degustación, llegó el cuarto y último plato: una minimalista espalda de cordero con una base de crema de queso, acompañada de su pequeña lluvia de habitas tiernas y cebolla esparcida. Esta combinación le aporta una construcción más que adecuada al plato, con un ensamblado de colores y sabores idóneo, que define la cocina innovadora y creativa que desprende el local.
Por último, nos obsequiaron con el postre, un tiramisú reestructurado, que aún y  preservando los ingredientes principales, como una suave emulsión de mascarpone con nata y bizcocho de café con un toque de vainilla, se le añadía una ligera mermelada de albaricoque cubierta con granizado de café. 


Conclusiones.


De ambiente cuidado y cálido, Embat ofrece durante toda la velada una armonia de sabores, olores y bienestar, combinado con un gran servicio y a un coste no muy elevado por la alta calidad y cantidad de los productos ofrecidos.


Recomendaciones.


La exquisitez de todos los platos de la carta hacen dificil una elección racional de un plato en concreto, por eso, y a nuestro criterio, recomendamos el menu degustación por la cantidad y la calidad ofrecida, siempre acompañándolo con uno de los vinos de la casa y así explorar aún más la mezcla de sabores de los platos en el paladar.

Precio.

Para dos personas por el menú degustación, postre, pan, vino (Torres del veguer) y agua, menos de 50€/persona

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